miércoles, 30 de junio de 2010

De mueblerías y cosas de la vida

2009.
Fue entonces cuando dos amigos y yo decidimos formar el colectivo Más DIseño para todos, con el cual iniciaríamos a realizar trabajos que nos permitieran tener una mayor resonancia dentro del ámbito del diseño industrial y formar currículo, por supuesto.

El primer paso fue aventurarnos a participar en algunos concursos de diseño, siendo el primero, y aparentemente más importante, el Interuniversitario Roche Bobois: sí, la mueblería.

Optamos por diseñar un mueble accesorio que nos permitiera terminar en tiempo y forma la entrega (uno de los requisitos era presentar el proyecto real en menos de un mes) y como éramos novatos en éso de la madera maciza... ya sabrán. Terminamos entregando justo lo que pidieron y cabe mencionar que fuimos los más jóvenes de la competencia. El resultado: tercer lugar en los finalistas a nivel universidad: estábamos satisfechos.

Nervios, los hubo y ... claro, la parte fea de la historia, como en todos los concursos, también.
Al final supimos que la mueblería cobraba para que los alumnos participaran (y así poder entregar el premio de los miles de pesos a los primeros lugares)... Mi escuela se negó y ahí paró la cosa... Fue divertido, tuvimos exposición en uno de los edificios más visitados del campus y pósters de nosotros en los laboratorios de diseño, y por un momento nos sentimos famosos.

A partir de mi experiencia obtenida un año después, puedo decir que nuestro proyecto era en realidad la esencia de algo más grande, ahora podemos moldearlo hacia nuevas direcciones y crear quizá una línea de diseño bajo el mismo concepto, que bien podría convertirse en una pieza atractiva para el diseño de interiores.

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